OPINION

 

ABRAZAR A LA IZQUIERDA EN LA FOTO

"Y esperar la utopía"

 Huneifa ibnu Abi Rabiaa

 

Durante años, los saharauis, y su legítimo representante, el F. POLISARIO, expulsados de su lugar natural, han acudido allá donde se les ha dejado, sin tener mucho donde elegir, dado que eran los parias del mundo. La lucha contra el colonialismo español, primero, y contra el expansionismo marroquí, después, nos ha remitido a los humeantes, libertinos y trasnochadores garitos de medio mundo. Ahí, donde la afinidad ideológica nos ha hecho compartir altas horas de la madrugada con revolucionarios de toda clase.

El álbum que exhibíamos, entonces, irritaba y sigue irritando a los amos del mundo. Nuestras debilidades y carencias nos obligaron a abrazar el diablo en la tienda de Gadafi y, de paso, ser acusados por el, entonces, Secretario de Estado americano, de ser una guerrilla libia.

Durante la guerra fría, nuestras amistades con los indeseados, desde Vietnam hasta Cuba, pasando por Timor y Namibia, no nos granjearon el apoyo sólido de los rusos, cuyas armas usábamos. Todo lo contrario, la URSS, seguía siendo neutral y a lo sumo promarroquí.

Convertido el mundo en unipolar, salir en la foto con el movimiento antiglobalización, en todas sus manifestaciones en España (por no decir Europa), tampoco ha dado los réditos esperados. Seguíamos estando en el lado de los perdedores.

Mientras tanto, algunos republicanos, con Bolton a la cabeza, muestran su simpatía con la Causa saharaui. Incluso en Florida, han llegado a aconsejarnos a retirar a nuestros niños de Cuba. Cosa, que por falta de pupitres, no podemos permitirnos. La conservadora Administración Bush le ha dicho a Marruecos que excluye el Sahara de su Tratado de Libre Comercio, justo lo contrario de lo que hace ZP y Moratinos en Bruselas. En España, Aznar se ha revelado como el mayor defensor de la Causa. Y, a nivel académico, gozamos de la dedicación casi exclusiva de la atención de otro ilustre académico del noroeste. Diríase que por un momento, estábamos ganando la confianza del bando que, durante la guerra fría, nos parecía (mal aconsejados por la izquierda) lejano. Nuestra Causa, firmemente incrustada en la cúspide del Derecho Internacional no es ni de derecha ni de izquierda. Pero en cambio, sin saber bien porqué, siempre hemos ido de la mano de la izquierda. Esa izquierda cuyos compromisos, comprobado ya en carnes propias, están en la parte más alejada del término utopía.

Muy caro hemos pagado, en Eritrea, nuestro alineamiento incondicional con la Etiopía de Mengistu Haile Maryam. Y, por cierto, qué habrá de Venezuela cuando Chávez abandone la presidencia?

Es de esperar que ante el año largo de campaña electoral que se avecina, en España, nuestras banderas no se vean en las plazas del PSOE. Y es de caballeros presentar excusas ante la insistencia de los militantes de ese partido cuya simpatía por la Causa es indubitada. Felipe González sigue comiéndole la oreja a Bachelet y a otras personalidades en Latinoamérica para alejar la Causa saharaui.

Huneifa ibnu Abi Rabiaa (ibnuabirabiaa@yahoo.es)

26.04.06


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