OPINION



TIEMPOS DE DIFICULTAD
“La encerrona  y el espíritu de Manhasset”

Huneifa ibnu Abi Rabiaa

Hoy, hay una frase que nos gustaría oír, más a menudo, en boca de nuestros responsables del POLISARIO: “El POLISARIO no puede negociar algo distinto a la autodeterminación y la independencia para el pueblo saharaui”. Esa frase la ha pronunciado recientemente el Jefe del Estado saharaui con ocasión de la festividad del 20 de mayo en Miyek para la cadena qatarí Aljazeera y, también, la hemos oído en la cadena iraní ‘Al-Alam’ en boca de un diplomático saharaui. Aunque es de Perogrullo, nunca está de más reiterarla. Sencillamente gusta en los oídos de la feligresía.

Y es que la dinámica para la solución del conflicto ha entrado en una nueva fase. Las características de esta nueva fase son:

UNO
.- Radicalización de la postura marroquí. Maruecos jamás ha mantenido una posición tan radical desde 1991. Digamos que se ha subido a lo más alto de la colina y de ahí no baja;

DOS
.- El POLISARIO se mantiene cuesta abajo en sus concesiones. Su falta de agresividad da a entender que puede encajar algunas más. Y, por otra parte, el goteo intermitente de sus techumbres daña las apariencias de su empaque y afecta negativamente a la reputación de sus estructuras;

TRES
.- Ruptura en la secuencia lógica de las Resoluciones del Consejo de Seguridad. Aunque no ha sido la Resolución 1754, la del 30 abril de 2007, la que ha introducido el tema de la solución política ni el de las negociaciones directas sin condiciones previas, sí que ha sido, la Resolución de abril, la que ha roto con el itinerario jurídico y ha iniciado una nueva lógica jurídica. Hasta abril, todas las Resoluciones relativas al Sahara empezaban aludiendo, en su encabezamiento, a las Resoluciones anteriores mencionándolas, cada una por su número, porque de ellas deriva su lógica jurídica y su justificación moral y política. Pero esta de abril de 2007, curiosamente empezaba su encabezamiento con un escueto: “El Consejo de Seguridad, Recordando sus anteriores resoluciones sobre el Sáhara Occidental”.
Naturalmente el Consejo de Seguridad se da cuenta de que esa Resolución no tiene cabida en todo el acervo jurídico anterior y tiene que barrer todo lo dicho anteriormente para iniciar un nuevo camino. No encuentra ni una sola Resolución en la que basar su nuevo pronunciamiento. Así de duro y así de grave.

CUATRO
.- El cambio de posición de los Estados Unidos de América. Algún titular de prensa muy llamativo, habíamos conseguido en el Washington Post, dadas las gestas de nuestros representantes ante el lobby marroquí. Pero de entonces para acá parece que no hemos podido vender bien a los congresistas y senadores americanos la idea de que frente al radicalismo y el integrismo islamista no hay nada mejor que un gobierno de corte progresista como el Argelino, o sea el POLISARIO. Es decir, si los americanos se han vuelto neuróticos con el tema del integrismo, nada habría sido mejor que decirles que nadie como los argelinos se ha batido con tanto ímpetu contra ese integrismo al que tanto temen. Pero no hemos sabido aprovechar ese capital.

QUINTO
.- La inalterable posición de Francia. Pero, aquí, entre nosotros, no dimite nadie. En treinta años no hemos podido arañar ni un solo milímetro de la posición francesa. Francia es el caparazón que ha permitido que Marruecos salga indemne después de cada uno de sus rechazos a todos los planes de paz de la ONU. Marruecos ha rechazado todos los planes de paz, pero nadie le ha dicho ni una palabra jamás (y menos aún los socialistas españoles que después de cada rechazo alababan, y alaban, los avances democráticos de Marruecos).

SEXTO
.- La posición del PSOE. La imperdonable traición del socialismo español a la causa saharaui, con ZP a la cabeza, ha dado fuerza a la nueva embestida marroquí contra la legalidad internacional.
El sendero de traición a los saharauis, libremente, escogido por los socialistas ha sido magistralmente explicado en un brillante artículo de Ahmed Bujari en 2004, publicado en mundoarabe.com. Artículo que, por desgracia, no se ha leído cierto responsable saharaui, de segunda fila, en España que no encuentra otra foto mejor para colgar en sus tablones que la de Zerolo abrazando a un delegado del POLISARIO en la pasada Manifestación de abril en Atocha. Ya en 2004, Ahmed Bujari decía que “se asume hoy que el rumbo de la diplomacia española se dirige con toda probabilidad hacia una colisión no provocada con las aspiraciones legítimas del pueblo saharaui de alcanzar su independencia. La diplomacia saharaui se prepara a sí misma, a sus aliados y amigos para este escenario que era hace unos meses algo remoto”.

En España, a la vista de los hechos posteriores, no parece que haya dado mucho fruto eso de preparar a los ‘amigos’ para este escenario de colisión.
Y llegamos a Manhasset, el 18 de junio. Al menos el último acuerdo firmado en esa localidad, patrocinado por la ONU, venía a poner en práctica lo dicho por la Corte Internacional de Justicia sobre un conflicto territorial entre Camerún y Nigeria. Ojalá las paredes de las dependencias de la ONU en esa localidad mantengan aún algo del espíritu de legalidad que ha permito alcanzar un acuerdo respetuoso con lo dicho por la CIJ, aunque sea desfavorable para Nigeria, la parte fuerte. Lo malo es que el proceder con que la ONU ha venido dosificando la información no permite albergar muchas esperanzas al respecto. Primero, cancelan la visita de Van Walsum. Después, anuncian la fecha, el lugar y las partes. Después, añaden que los países vecinos (Argelia y Mauritania) estarán presentes. Finalmente, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Madrid, confirman lo peor: también estará presente el autodenominado Grupo de Amigos del Sahara. ¡¡¡Menuda encerrona!!!.

Huneifa ibnu Abi Rabiaa, 08/06/2007 
 ibnuabirabiaa@yahoo.es


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