OPINION

 

MALDITO SEA KOFI ANNAN

“El engaño del Informe de Annan”

Huneifa ibnu Abi Rabiaa

El matrimonio supone que los contrayentes se sometan a la rigidez de unas normas determinadas. Antes de entrar en ese mundo atado y bien atado, en España, existe la costumbre de celebrar lo que se llama "despedida de soltero/a", fiesta en la que los contrayentes, ya por última vez, pueden disfrutar de lo que les estará vetado en la duradera, justa y mutuamente aceptada vida del matrimonio.

Kofi Annan, en su particular despedida de mandato, ha querido zambullirse en ese mundo vetado por las normas del Derecho Internacional, mediante el recurso al engaño. Y así, en un Informe de bajo perfil, se despide recomendando al Consejo de Seguridad que haga un llamamiento a ambas partes, Marruecos y el Frente POLISARIO, para que entablen negociaciones sin condiciones previas, a fin de lograr una solución política justa, duradera y aceptable por las partes que conduzca a la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental.

Porqué está redactada así la recomendación?. Porqué no se ha buscado otra fórmula para redactarla?. Qué quiere decir esta redacción.

Tal y como está redactada la Resolución, parece que la negociación sin condiciones previas tiene dos finalidades. La primera es la solución política del conflicto y, la segunda, la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental.

Cuando una cosa tiene dos finalidades, si ambas son deseadas, han de ser convergentes ambas finalidades, nunca divergentes. Luego es engañosa la redacción.

El engaño reside en que ambas finalidades, aparte de ser radicalmente divergentes, son totalmente excluyentes. Una excluye a la otra. Pero, para engañar, se presentan como convergentes, como si fueran dos cosas una sinónimo de la otra.

Son excluyentes porque siempre se puede llegar a una solución política, justa, duradera y mutuamente aceptada por las partes que no incluya la libre determinación. Las partes pueden, perfectamente, llegar a un acuerdo que no incluya la libre determinación.

Lo de justa y duradera es lo que menos importa. Lo que se busca es que sea una solución política y mutuamente aceptada por las partes. Solución política quiere decir, no sometida al dictado ni la rigidez del Derecho Internacional, sino a la voluntad o fuerza de las partes. Y, mutuamente aceptada, quiere decir que la acepten los dos. O sea, que la acepte Marruecos que es quien se opone a todo lo que huele a referéndum.

Pero dado que el Consejo no puede desprenderse de la rigidez y el dictado del Derecho Internacional, brindemos la oportunidad a las partes para que, mediante negociaciones sin condiciones previas, puedan librarse de tales rigideces y dictado del Derecho Internacional.

Pero hay más. El concepto de “negociaciones sin condiciones previas” procede del anterior Informe de 19 de abril de 2006. Y para explicarnos su significado nos dice, ese mismo Informe del día 19 en su párrafo 37, in fine: “Sin condiciones previas significa que no sería una condición previa que el POLISARIO reconozca, primero, la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental y, después, se debatiera la autonomía que concedería Marruecos”.

Curiosa explicación del “sin condiciones”. Porque, en lugar de decir eso, bien podría haber dicho: “El sin condiciones previas significa que no sería una condición previa que Marruecos reconozca, primero, el principio de autodeterminación del pueblo del Sahara Occidental y, después, se debatiera cómo celebrar un referéndum”.

El hecho de que haya optado por esa primera explicación del significado del concepto de “sin condiciones previas” obedece a lo que se dice en el mismo párrafo 37, un poco más arriba.

Y dice: “ El Consejo no puede invitar a las partes a negociar una autonomía del Sahara Occidental bajo soberanía de Marruecos, ya que ello implicaría el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, cosa que está fuera de cualquier consideración, dado que ningún Estado Miembro de las NN.UU ha reconocido dicha soberanía”.

En cuanto a la no invitación. El Consejo no puede invitar. Pero eso no implica que las partes no lo puedan hacer. Es como decir: yo no os invito a que hagan eso, pero Ustedes, claro, que lo pueden hacer.

En cuanto al porqué de la no invitación. Dice Annan que el Consejo no puede invitar porque ningún Estado Miembro reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sahara. Curioso. Ese ‘no poder invitar’ no se justifica en que la soberanía de Marruecos es contraria al Derecho Internacional, sino en que, sencillamente, ningún Estado Miembro la reconoce. Basta, pues, con que Francia, Senegal y algún que otro lacayo de París reconozcan dicha soberanía para que se nos invite, por parte del Kofi éste, a discutir sobre la autonomía.

Resumiendo. En la medida en que se puede llegar a una solución política que no incluya la libre determinación, y dado que ello es perfectamente posible. Si las partes lo hacen, Kofi Annan entendería que ha habido una solución política, justa, duradera y mutuamente aceptada por las partes. Que negocien, pues, sin negociaciones previas.

Kofi Annan, que Dios le guarde su sitio en el infierno, ha renunciado, por entero, al Derecho Internacional. Ha incumplido su deber de velar por el cumplimiento de la legalidad internacional. Ahora, para complacer a Marruecos, quiere una solución política y mutuamente aceptada o, lo que es lo mismo, quiere la autonomía.

En cuanto al principio de autodeterminación, que ya hemos pasado a llamar libre determinación, aún podemos modificarlo para pasar a llamarlo "respetar la voluntad del pueblo del Sahara Occidental". Y entonces, podremos buscar fórmulas que nos eviten un engorroso referéndum. Que en vez de consultar al pueblo, tengamos en cuenta sólo la expresión de sus representantes. Y para ello siempre tendremos a mano el CORCAS como representante indiscutible de esa inequívoca voluntad.

En la medida en que el POLISARIO, en muy pocos años, pasó de las condiciones del 1991 para el referéndum a las de Baker que incluían un período de autonomía. Pues siempre cabe esperar que en menos años aún, termine aceptando una autonomía como solución definitiva. Para algo sirve que estemos cerrando ya el grifo de los Organismos Mundiales de ayuda humanitaria.

Huneifa ibnu Abi Rabiaa, octubre de 2006.

Para contactar con el autor:   ibnuabirabiaa@yahoo.es

[El informe de Annan S/2006/817]


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