El Siglo XXI ha
hecho trizas el monopolio exclusivo de los medios de
comunicación tradicionales sobre lo que se ha dado en llamar la
conformación de la opinión pública. Hoy, quienes
se sienten privados del acceso a las farragosas tribunas dominicales
pueden, en vez del café en la soleada terraza, imaginar a sus
lectores pinchando música en un PC en cualquier parte del mundo.
Tiene pleno
sentido, pues, lanzar aquí una carta abierta ignorando
olímpicamente los medios de comunicación tradicionales.
Tarde o temprano, ellos, vendrán a abrevar en estas libres y
puras fuentes de información cibernética.
A propósito del artículo publicado el pasado día
17 de diciembre de 2006, en el diario El País, en el que el Sr.
Bernabé López invitaba a la izquierda española a
abrazar la autonomía como solución para el conflicto del
Sahara Occidental y aconsejaba al Presiente Zapatero a adoptar al
CORCAS como en su día Franco hizo con el PUNS, quisiera empezar
esta carta partiendo de las dos premisas siguientes:
A.- La política no es más que la continuación de la guerra por otros medios; y
B.- La Ley, en
cambio, en cuanto concreción de valores de justicia, tiene por
toda finalidad implantar la justicia entre los hombres.
A fecha de hoy el conflicto del Sahara Occidental se puede resumir, sin margen de error alguno, en la siguiente colisión:
Posición Jurídica versus Posición Política
Dos cuerpos que
chocan entre si. La Comunidad Internacional y los hombres y mujeres de
bien tienen el deber, al menos moral, de intentar dirimir esa
colisión de intereses contrapuestos. Por un lado, la
pretensión de los saharauis se asienta sobre una inatacable
Posición Jurídica, por cuanto su reclamación de la
autodeterminación tiene el amparo de imbatibles argumentos
jurídicos.
Y, en el otro
plato de la balanza, Marruecos goza de una mejor Posición
Política, por cuanto, a parte de ocupar el territorio, ha sabido
ganarse el apoyo de poderosos Estados.
Se quiera ver o
no, las posiciones están sobradamente claras. Una representa la
justicia y, la otra, la injusticia. Los saharauis son la víctima
y, Marruecos, el agresor. Así está escrito hasta en los
confines más remotos del firmamento. Y ni el recurso a las
más refinadas técnicas de la hermenéutica puede
alterar ya los términos del diagnóstico. Todo ya
está dicho y escrito.
En este y en
otros muchos conflictos la ONU, por sí, carece de capacidad de
actuar. Esa capacidad se la han adueñado los Estados miembros. Y
éstos actúan guiados por sus propios intereses. De modo
que sin el concurso de la voluntad de los Estados, la ONU, está
y estará atada de pies y manos. Su Carta Fundacional, no
dejará de ser papel mojado ante la falta de voluntad de los
Estados. Ello hace que sea plausible eximirla de toda responsabilidad
por cuanto, la pobre, poco puede hacer en ausencia de la voluntad de
sus miembros.
En cambio, no
podemos decir lo mismo de los particulares. Los hombres o mujeres que,
a título individual, asumen determinadas propuestas deben cargar
con toda la responsabilidad que ello conlleva.
Así, Ud.
Sr. Bernabé López, es responsable ante la opinión
pública y la historia, de la macabra solución que propone
y de las desastrosas consecuencias que de ella derivan. Por ello queda
invitado para explicar porqué ha optado por colocarse en la
trinchera del verdugo, trenzándole las cuerdas, en lugar de
ayudar a la víctima.
Toda su
filosofía, Sr. Bernabé, y la de otros intelectuales, de
Goytisolo a Semprún, todos de izquierdas por cierto, se puede
resumir en lo que denunciaba Blaise Pascal: “ No pudiendo fortalecer la
justicia se ha justificado la fuerza”.
Eso es lo que
Ustedes pretenden. Obligados por su genuflexa posición,
prefieren soltar sus dardos envenenados, intoxicando la opinión
pública, para justificar la negación de los más
elementales derechos en el Sahara Occidental.
Olvidan que la
razón y el derecho no mueren. Olvidan que aunque los saharauis
de hoy acepten –generosas partidas presupuestarias, mediante- una
autonomía, las generaciones futuras reclamarán, por los
siglos de los siglos, el derecho a la autodeterminación. Y lo
más grave aún, olvidan que los, hoy, Fuertes no lo
serán eternamente. Olvidan que esa mejor Posición
Política es puramente coyuntural. Olvidan que Marruecos,
algún día, será tan democrático como el que
más y, entonces, ellos mismos forzarán la
celebración de un referéndum de autodeterminación
con todas las de la ley. Pero claro, en sus cálculos eso no
sucederá hasta que Ud. no lleve ya muchos años en su
tumba. Y, entonces, ya no será responsable.
Tantos recursos
pagados con dinero del contribuyente para elucubrar soluciones que no
desagraden a un sultán anclado en el medioevo, en lugar de
investigar, en plan malaya, qué hay detrás de las
extrañas conductas de F. González, Saavedra, Pérez
de Cuellar, etc, etc.
Huneifa ibnu Abi Rabiaa.
07.01.07
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