OPINION

 

El Volcán Marroquí

J.J. GARCIA

Marruecos es un polvorín a punto de estallar, un volcán que ya, ha empezado a lanzar ráfagas de fuego y si no es atajado su lava inundará a toda la región del Magreb y alcanzara a Europa. Los atentados de Casablanca el año pasado y los de Madrid, son solo las primeras chispas de un polvorín de resultados impredecibles.

Las callejuelas de Tánger, que albergaron a casi todos los detenidos por los atentados, recuerdan las Kandahar y el dinero del wahabismo Saudita que alimentó el fanatismo de los sectores más pobres en Afganistán, hoy como bomba de tiempo, ha empezado a mover los mismos sectores de la sociedad marroquí.

"Fue en Tánger dónde, según el diario The Washington Post, Abdelaziz Benaich, que posee la nacionalidad francesa, aprendió a utilizar los teléfonos móviles para activar un detonador. También conoció aquí, hace once meses, a Jamal Zougam, del que la policía española sospecha que pudo ser uno de los autores materiales de la voladura de los trenes madrileños de cercanías." (El País 23-03-04)

Marruecos, que parecía alejado de los focos del integrismo en los últimos años del rey Hassan II, hoy puede competir con Arabia Saudita en número de nacionales, en juzgados o centros penitenciarios de Europa y América.

Las injusticias, la pobreza, el hambre y la falta de perspectivas de futuro, llevan a los pueblos a eliminar, por todos los medios, al causante de sus desdichas, como en Haití y Georgia, pero también pueden llevar al fanatismo religioso y al asesinato indiscriminado de inocentes, si no se puede cambiar el sistema.

Marruecos, donde un rey débil ha heredado un ejercito y unos servicios secretos entrenados para detener a enemigos fantasma y a defender la monarquía, no parece todavía capaz de entender los nuevos desafíos de este milenio. ¿Cómo se puede explicar que unos servicios secretos capaces de detectar el más mínimo suspiro independentista en el Sahara, sean incapaces de prevenir ninguno de los dos atentados gestados en sus propias narices y qué DST o servicios de seguridad no puedan detener la entrada de susaharianos y asiáticos en un territorio, rodeado por un muro de minas, piedras y cerca de 100 mil soldados y cerrado a cal y canto a todo el mundo? Creo que nuestro próximo gobierno deberá investigar, entre otras cosas, cómo se detecta a dos periodistas en el Sahara y se evaporan cientos de emigrantes en las arenas de la ex colonia española. Los tiempos del chantaje marroquí tienen que cesar.

Marruecos, es hoy para España, lo que el reino Saudita, fue para los EE.UU. después del 11-S. Un aliado al que se le deben llamar las cosas por su nombre. Tenemos la obligación de ajustar nuestra relación con el país de donde salieron los terroristas, que nos han atacado, a las nuevas circunstancias.

El más eficaz remedio contra el cáncer terrorista que está consumiendo al vecino del sur y que nos esta afectando, es ante todo, decirle al rey, bien claro y a la cara que tiene que prevenir, sino quiere lamentar. Un primer paso sería cooperar con las Naciones Unidas para finalizar la descolonización del Sahara Occidental, un error de "los años de plomo" que no lo debe desconcentrar de los verdaderos problemas del pueblo marroquí, luego, sacar al ejercito del Sahara para que refuerce la lucha antiterrorista e iniciar un proceso de democratización verdadero que lleve a Marruecos a una monarquía parlamentaria que permita su vuelta con fuerza al concierto de las naciones y su aporte a un Magreb unido, fuerte, democrático y tolerante.

El pueblo saharaui, a pesar de las más increíbles condiciones en que se ha visto y las injusticias que ha sufrido en los últimos años, ha demostrado un nivel de sensatez, responsabilidad y ecuanimidad inigualables, se merece el lugar que les corresponde en el nuevo Maghreb. Todos sabemos perfectamente que nunca aceptarán ser marroquíes y obligarles a ello, equivaldría a ignorar los ejemplos de Kosovo y Palestina ... y a crear un foco permanente de tensión en una zona volátil y vital para Europa.

Desde Tánger a Alhucemas los ánimos están caldeados y mientras el joven rey construye palacios y practica el esquí en Europa, los terroristas suman cada vez más adeptos entre las clases más desfavorecidas y la propaganda oficial dirige todo el odio de los fanáticos hacia nosotros. Los líderes sagaces convierten las situaciones más adversas en favorables cambios a sus pueblos. Pero se necesitan valientes, de los cobardes no se ha escrito nada.

Intoxicar a la opinión pública internacional con inconcebibles "triángulos terroristas", cuando todo el mundo sabe donde está el "foco infectado", no parece un inicio serio para erradicar el terrorismo y nos recuerda el viejo truco marroquí de achacar sus problemas internos a circunstancias ajenos.

"Por ejemplo, ¿quién sabe que en Marruecos el auge de los feroces integristas de raíz wahabí fue posible merced al pacto de Hassán II con los jeques de Riad, en la época en que necesitaba dinero para financiar la guerra del Sáhara, y lo obtuvo a cambio de entregarles a los saudíes mezquitas para predicar su Islam retrógrado? ¿Y quién está al tanto de que el gobierno marroquí, asustado por la serpiente que ha visto crecer de pronto bajo sus pies, está pensando muy seriamente en pactar con los islamistas de Justicia y Espiritualidad, de raíz sufí y mucho menos violentos, a quienes hasta hace poco perseguía encarnizadamente?"(El mundo 23-03-04)

El joven monarca alauí, no debe repetir los errores de su padre y por encima de todo, debe saber que el único camino es aprender de su "tío" e iniciar la transición en Marruecos y recibirá todo el apoyo de España y el resto del mundo. Si por el contrario, persiste en mirar hacia el otro lado y trata de revivir los años de su padre, en tiempos tan peligrosos como estos, será demasiado tarde.

No podemos esperar a perder más inocentes por la irresponsabilidad de otros. La memoria de los fallecidos y los familiares de las víctimas no nos perdonarán no hacer nada.

24/03/04


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