J.J Garcia
"No hay nada peor que haber sido colonizados por un país débil" me dijo un saharaui, con un tono triste, pero, firme al ver la comparecencia de un político español en Marruecos. " Lo que se está cociendo en Rabat huele mal. Solo espero que no nos veamos en la situación de 1975." Sentenció.
Ahora que está de moda, entre la clase política española, peregrinar a los palacios de Mohamed VI y prometerle "el oro y el moro" y tratar de no enojarle en lo más mínimo, con asuntos como la democracia y los derechos humanos, ahora que ni Felipe González ha evitado que la FIFA, rechace la candidatura de Marruecos para organizar la copa mundial de fútbol del año 2010, y ahora que el "cartero" Bennissa, toca todos los miércoles, cada día aquellas palabras resuenan con más fuerza en mi mente.
Ahora que, una vez más, la intransigencia de Rabat, apoyado por Francia ha frustrado a otro mediador de la ONU para el Sahara Occidental y el ciego empecinamiento de Paris ha cansado a Baker y le ha dado a una pequeña monarquía feudal del norte de África, que exporta hashish y terrorismo a Europa, la fuerza para dinamitar las resoluciones de la ONU, Corte Internacional de Justicia .... Y ahora que el diario El País ya habla de "la iniciativa española pasa a primer plano" y "un referéndum de autodeterminación en el que no se contemple la independencia" sinceramente, los saharauis tienen todo el derecho, no solo para estar preocupados, sino también para tomar serias decisiones.
Es vergonzoso ver a más de un político español derretirse en elogios frente al sultan del vecino del sur, pero es aún más degradante saber que esos mismos personajes miran hacia la otra parte para no ver los sufrimientos y las carencias que han tenido que soportar y están soportando los saharauis por haber sido vilmente traicionados y vendidos a un sátrapa que solo le interesan sus palacios y riquezas. No hay dudadas de que la lista de políticos oportunistas, que han descubierto que apuñalar a los saharauis es la mejor forma de agradecer los agasajos y excesos del Mula Mohamed VI, es cada vez más larga.
Las reiteradas presiones, aunque tímidas y en secreto-todavía- para que Marruecos acepte e implemente el último Plan de la ONU para el Sahara Occidental, poco a poco, van indicando a las autoridades de Rabat, que la comunidad internacional también tiene sus "líneas rojas" y en este aprieto aparece la luz verde de la clase política española- como en 1975- para servir como válvula de escape al régimen alauí con soluciones "fuera del marco de la ONU" y por tanto lejos de la legalidad internacional..
El "Plan Chirac", cocido durante la visita del presidente del gobierno español a Casablanca, calentado en Paris y condimentado por Maragall, durante su peregrinaje, fue presentado como contrapartida al Plan Baker y con la "ilusión" de tender una trampa política a españoles, argelinos y saharauis, pero ha murto antes de nacer por el simple hecho de que Francia se ha desacreditado como mediador en este conflicto.
"No ofendas a quien quieras convencer" dice un sabio dicho y en esta línea se han pronunciado los saharauis, lanzando mensajes de paz ante la intransigencia de las autoridades de Rabat, y la ONU, al emplear el vocabulario más diplomático para tratar de convencer a las autoridades marroquíes a que capaciten. En cambio, ese régimen ha orquestado una campaña de intoxicación dirigida por el Makhzen y distribuida por una prensa que roza lo panfloteril y sumisa a una agencia de prensa estéril, anunciado que se opone a la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental y llegando incluso a imponer sus propias "líneas rojas".
El propio Kofi Annan, define claramente que el conflicto es de soberanía y que no puede haber una solución adversa al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, reconocido por la ONU, por la Corte internacional de justicia y por el propio Marruecos al solicitar al pueblo saharaui que interrumpa su lucha de liberación nacional para someter la soberanía de la antigua colonia española a la voluntad de la población saharaui. En esas circunstancias tan favorables al derecho internacional, un presidente de gobierno que se jacta a diario de defender a la ONU y a la legalidad internacional, descubre en Casablanca "los derechos de todas las partes".
La única forma de resolver el contencioso del Sahara Occidental es a través del ejercicio del derecho del pueblo saharaui a la libre autodeterminación. Intentar soluciones a lo "acuerdos de Madrid" no solo es arriesgado sino también peligroso. España, aún potencia administradora del territorio, debe aprender de los errores del pasado y liderar una campaña internacional en favor del referéndum de autodeterminación aceptado por las partes y por el consejo de seguridad en 1991, si Marruecos continua negándose a la aplicación de su última versión.
Defender la legalidad internacional en Irak y esconder la cabeza en la arena, en el conflicto saharaui, confunde y da la imagen de una España débil y manipulable. Portugal defendió hasta el final en todos los foros internacionales y sin complejos los derechos de su colonia de Timor Oriental frente a Indonesia y ni España es más débil que Portugal, ni Marruecos más poderoso que Indonesia.
La presencia de la MINURSO en el Sahara Occidental, el cese el fuego y todo el esfuerzo de la comunidad internacional durante más de 13 años, no tienen por objetivo "líneas rojas" marroquíes, sino hacer cumplir el derecho internacional y cerrar, de una vez por todas, el capítulo del colonialismo en el continente africano.
La idea de las "líneas rojas", que preconiza Marruecos, queda entonces como propaganda vacía dirigida a una opinión publica cada vez más harta de falsas promesas y sedienta de eslóganes nacionalistas y es vista por numerosos observadores internacionales como un error que, sin dudas, repercutirá negativamente sobre la poca credibilidad que le queda al reino.
Los amigos de Marruecos y los que están interesados en la estabilidad en la región deben saber que saltarse a la legalidad internacional en este conflicto, solo equivaldría a repetir un nuevo ciclo de incertidumbres y tensiones. No conozco a ningún saharaui que no sea republicano, como no conozco a ninguno que no esté dispuesto a todo por defender sus derechos y eso es algo que no se puede obviar a la hora de hacer cálculos.
Al afirmar que invalida a la independencia, como opción en un referéndum, Marruecos, ha roto el compromiso suscrito con el frente POLISARIO y la ONU para solucionar, de forma pacífica la descolonización del Sahara Occidental y contradice la última resolución del consejo de seguridad que considera el Plan Baker- aceptado por el F.POLISARIO y ni siquiera calificado de plan por algunos políticos españoles- como la forma más óptima para resolver el conflicto. Defender la autodeterminación del pueblo saharaui, se ha convertido, gracias a la "líneas rojas" marroquíes en defender la independencia del Sahara Occidental.
En la situación actual, no se espera mucho de la ONU, sin un mediador del prestigio de Baker y con un muro francés en el Consejo de Seguridad. Se ha perdido una oportunidad que pudo haber sido la mejor para todos, una vez más se va a abusar de la paciencia de los saharauis y una vez más se va a cometer un error ...que esta vez puede ser extremadamente peligroso.
"El interés nacional de los saharauis y su compromiso con la búsqueda de una solución pacífica, justa y que preserve sus derechos como una opción estratégica, en ningún caso debe ser interpretado como un signo de debilidad o de ausencia de firmeza en sus propósitos.
Si la comunidad internacional, con España a la cabeza, señale al reino alauita el sendero de la razón y finalmente el proceso descolonizador culmina con la elección, sea la que fuere, del destino del pueblo saharaui, será en el interés de todos, principalmente Marruecos. En caso de que eso no ocurra estaremos exactamente en el mismo punto que en octubre de 1975 y con nefastas consecuencias para todos, principalmente España." Advirtió el saharaui.
Sin dudas, la hora de la verdad en el Sahara puede estar más cerca de lo que pensamos.
J.J GARCIA
13-06-04