OPINION
La ultima proposición del Sr Baker pone en evidencia que en la cuestión del Sáhara los políticos no van de buena fe.
Pérez de Cuellar fue descaradamente favorable a Marruecos, y su posterior nombramiento como directivo en el imperio económico de Hassan II, causó escándalo.
El empecinamiento de Kofi Annan en mantener a. Baker como enviado personal suyo a pesar de la terquedad de éste en tergiversar el contenido de las Resoluciones del Consejo de Seguridad, pretendiendo que las soluciones que ofrece a las partes respetan la esencia de las mismas, incluso el discutible nombramiento de este antiguo Secretario de Estado, vinculado al mundo del petróleo, son ejemplo de hechos que levantan sospechas y provocan inquietud en gran parte de la sociedad española
Las N.N.U.U. proclaman el derecho del pueblo saharaui a la independencia, como de todos los pueblos sometidos a régimen colonial y, por su parte, el Tribunal de Justicia de La Haya declaró la inexistencia de vínculo alguno de soberanía territorial entre Marruecos y el Sahara Occidental, por lo que no se entiende que la única solución que se le ocurre al Sr. Baker vaya directamente en contra de estos dos hechos.
Pedir al pueblo saharaui que acepte una autonomía es pedirle que renuncie a su independencia, y proponer la soberanía de Marruecos es negar validez a la sentencia del Tribunal de La Haya
22.01.03