OPINION
>>> traducción de "Appeasing Morocco is destablising north-west Africa", Online Opinion, 15.08.02
La historia del pueblo del Sahara Occidental es trágica y desafortunada. Es un vivo ejemplo de cómo a un pueblo tolerante y moderado han fallado las Naciones Unidas y de cómo ha sido casi olvidado por el resto del mundo.
Localizado en la costa atlántica del África noroccidental, el Sahara Occidental fue una colonia española hasta 1975, cuando fue invadido y ocupado ilegalmente por dos países vecinos, Marruecos y Mauritania. El Sahara Occidental tiene la extensión de Gran Bretaña y es rico en recursos minerales. La invasión marroquí fue el resultado de la avaricia y del intento de desviar la atención de los problemas internos del régimen.
La invasión provocó una guerra larga y sangrienta contra el pueblo saharaui, liderado por el Frente Polisario, el movimiento que había luchado por la independencia de España. Pronto, Mauritania abandonó su reclamación y se retiro de la parte que ocupaba.
Desde la ocupación del Sahara Occidental, Marruecos se ha embarcado en una brutal campaña de abusos de los derechos humanos. Como resultado de ello, mas de 170.000 saharauis huyeron de su patria y ahora viven en tiendas de campaña en campos de refugiados situados en el desierto del suroeste argelino, donde dependen de la ayuda exterior.
En los últimos 12 años las Naciones Unidas se han involucrado en la búsqueda de una solución pacifica del conflicto mediante la organización de un referéndum de autodeterminación. A pesar de sus esfuerzos y de los enormes gastos efectuados (mas de 500 millones de dólares), las Naciones Unidas han fracasado hasta ahora en su tarea por causa de las obstrucciones marroquíes y de sus tácticas dilatorias.
El 30 de julio, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adopto una resolución que reafirmo la validez del Plan de Arreglo de la ONU y de la OUA y rechazo el "Proyecto de Acuerdo Marco" que intentaba dar al Sahara Occidental un estatuto de autonomía dentro de Marruecos. El Consejo pidió al Secretario General de la ONU y a su enviado personal, James Baker III, que prosigan con sus esfuerzos para proporcionar una autentica oportunidad al pueblo saharaui para que ejercite su derecho a la autodeterminación y que informe nuevamente al Consejo antes del 31 de enero del año que viene.
En estos 26 años de ocupación, el pueblo saharaui ha realizado su lucha en el respeto de las normas internacionales. Nunca han realizado secuestros o ataques suicidas. El terrorismo ha sido evitado desde el principio, pero la lucha saharaui ha sido siempre menospreciada o dejada de lado.
Desdichadamente, algunas potencias occidentales han dado su apoyo militar, financiero y político al régimen marroquí y a su ocupación ilegal y a su guerra terrorista contra el pueblo saharaui. La brutalidad marroquí ha sido premiada, mientras la paciencia y el comportamiento honesto del pueblo saharaui han sido ignorados.
Marruecos ha estado esquilmando los recursos del Sahara Occidental con la complicidad de algunas empresas multinacionales. El año pasado dos empresas, la norteamericana Kerr McGee y la francesa TotalFina Elf, firmaron contratos con Marruecos para realizar exploraciones petrolíferas a todo lo largo de la costa del territorio disputado.
Los partidarios de Marruecos están siempre prontos a utilizar algunos argumentos pasados de moda para conseguir apoyos para un régimen que ha sido bastante despreciado por las democracias occidentales.
Algunos de los argumentos empleados para apoyar al régimen marroquí en sus entuertos se basan en que se trata de un antiguo aliado de Occidente y en que es un actor esencial en el problema del Oriente Próximo para llegar a la conclusión de que, pase lo que pase, su estabilidad debe ser protegida. Sin embargo, estos argumentos son débiles y están desorientados.
En primer lugar, el significado que se da a la histórica amistad de Marruecos con algunos países occidentales se acerca al chantaje emocional y no puede ser un factor que inspire ninguna decisión sobre el destino de otro pueblo. Este es un argumento que fue empleado durante la Guerra Fría y que ha sobrevivido a su época. Es bien sabido que algunos países occidentales tuvieron relaciones amistosas con regímenes como los de Irak, Afganistán, la Sudáfrica del apartheid y muchos otros similares. Por otra parte, muchos antiguos enemigos se han convertido en amigos y aliados en el Nuevo Orden Mundial. Cuando se trata de relaciones entre Estados no hay amistades eternas y constantes.
En segundo lugar, el argumento de que Marruecos es un actor esencial en el conflicto del Oriente Próximo ya no es valido. El experimentado y astuto Hassan II ya no esta disponible y los palestinos y los israelíes están dialogando directamente en estos tiempos. Países como Egipto, Jordania y Arabia Saudí, junto a la activa participación de los USA, cumplen ahora el papel que Marruecos jugaba anteriormente.
Por lo que respecta a la estabilidad de Marruecos, es algo digno de consideración; pero la estabilidad no puede mantenerse por la fuerza pura y en detrimento de los demás. Nos damos cuenta de que un Marruecos estable es esencial para la paz y el progreso en toda la región del Magreb. Pero la estabilidad de Marruecos solo puede conseguirse si se alcanza una solución justa y duradera en el conflicto del Sahara Occidental. Los peligros para la estabilidad de Marruecos provienen del propio Marruecos. El régimen marroquí debe encontrar verdaderas soluciones para problemas como el Sahara Occidental, la pobreza, la corrupción, la democracia y el respeto de los derechos humanos.
La independencia del Sahara Occidental seria muy beneficiosa y ayudaría a Marruecos. No solo porque Marruecos podría disfrutar de fructíferas relaciones con el una Republica Saharaui independiente, sino porque podría utilizar en otros proyectos productivos los cerca de 3 millones de dólares que gasta diariamente en el mantenimiento de la ocupación del Sahara Occidental. Marruecos también podría redirigir a otros asuntos que preocupan al pueblo marroquí (como la pobreza, la salud y la educación) las energías y las atenciones que habitualmente dedica al conflicto del Sahara.
La solución justa al conflicto del Sahara crearía sin duda una atmósfera de armonía, paz y cooperación entre los países de la región que seria beneficiosa para todos ellos y aceleraría el establecimiento de la Unión del Magreb.
Es un deber de los amigos de Marruecos animar al régimen a encontrar soluciones reales a los problemas a los que se enfrenta Marruecos, en lugar de adoptar políticas de maquillaje de la realidad. Algunos países occidentales, al optar por situarse al lado de la monarquía absoluta y corrupta en Marruecos, están alienando a la mayoría del pueblo en Marruecos y en la región del Magreb. Esta política es contra productiva y peligrosa. La condescendencia con las dictaduras no funciona.
Solo respetando el Derecho Internacional, los derechos humanos y las normas democráticas, y abandonando los viejos hábitos perniciosos de la agresión y la ocupación de territorios extranjeros, Marruecos podría ser considerado como parte del mundo civilizado y un verdadero amigo de Occidente. En este momento, Marruecos es solo un "Estado canalla".
Las Naciones Unidas deben adherirse a sus propias resoluciones y a su Plan de Arreglo cuando traten de superar los obstáculos actuales que están impidiendo el proceso de descolonización del Sahara Occidental. Este es el único camino para alcanzar la paz y la estabilidad en la volátil región del Magreb.
[Kamal Fadel es el representante del Frente Polisario en Australia. Ha servido en el cuerpo diplomático del Frente Polisario desde 1986, habiendo trabajado en la India, Irán y en el Reino Unido.]