OPINION

 

HUELE A PÓLVORA EN EL SÁHARA

Luis Hernández Rocha

El rey mohamed 6º viajó a Estados Unidos dispuesto a volver con las alforjas bien llenas. Es lo que suelen hacer los mandatarios del país vecino cuando les falla la demagogia y la contrainformación para poner de su parte la "legalidad". Acuden al país más poderoso del planeta y le ofrecen el oro y el moro, y nunca mejor dicho, a cambio de su apoyo irreflexionado y descaradamente abusivo e insultante. Aunque, por otra parte, el hecho no tiene nada de extraño, pues la política exterior del Titán después del desgraciadamente célebre 11 de septiembre se puede resumir en tres calificativos: insultante, abusiva e irreflexionada. Los tres condimentos imprescindibles para crear la barbarie y el terror planetario.

El rey chico, mohamed 6º, utilizó sus más sutiles métodos de seducción y engaño para embaucar al tejano Bush: una nutrida delegación de judíos marroquíes, las riquezas del Sáhara ofrecidas en bandeja, un inventado inventario de las operaciones antiextremistas islámicos realizadas por los servicios secretos reales y ¿cómo no? la evocación de los lazos históricos existentes entre Marruecos y Estados Unidos, pues se aseguró de cacarear por enésima vez y en voz alta y clara que Marruecos fue el primer país que reconoció a los Estados Unidos de América. Y a simple vista, el rey se salió con la suya y consiguió lo que quería. Corrijo, consiguió lo que quiere la mano negra gala; no olvidemos que el viaje realizado por Su Excelencia Chica es en realidad un imperativo estratégico galo para forzar todavía más, si cabe, la ya de por sí explosiva situación. Engañar al Titán como a un roble quiere decir arrastrar automáticamente al omnisonriente Blair en la misma dirección, es decir y por otro lado, estrangular a España en el tema de Gibraltar… y quién sabe qué más.

Está claro que los parámetros éticos y morales que hasta ahora parecían tender hacia un sentimiento de justicia más o menos basado en el sentido común, se están tornando silvestres sin lugar a dudas y no conocen otra ley que la ley del más fuerte, es decir, la ley del Oeste…El Derecho internacional, las convenciones y la legalidad no son más que un cuento para niños crédulos e inocentes; y hoy en día, quien quiera lograr sus objetivos está obligado a sacarse el carné del Sharon Club, hacerse un master en Bin Laden Arts y obtener el título de Ingeniero Cultural Le Pen. Lo demás, repito, es puro cuento…desgraciadamente para todos nosotros.

Y claro, si tenemos en cuenta el cariz que está tomando el asunto del Sáhara Occidental, no hace falta ser un lince para augurar lo que va a ocurrir en un futuro muy próximo si la ONU mantiene su pasividad e inercia frente a las cada vez más ambiciosas pretensiones marroquíes, y con más razón ahora que su Excelencia Chica se llevó a Bush al huerto. Dentro de poco, veremos a mohamed 6º reivindicando el resto de su onírico Gran Marruecos: Ceuta y Melilla, Islas Canarias, las regiones occidentales argelinas se Tinduf y Bechar, la mitad occidental de Mali y toda la República de Mauritania. No olvidemos que la invasión del Sáhara no es más que la punta del iceberg expansionista marroquí, realidad que no deberíamos olvidar ni los españoles ni los argelinos ni los malienses ni los mauritanos, pues en definitiva somos el futuro objetivo de Su Demencia mohamed 6º y, por ello, deberíamos aunar nuestros esfuerzos y poner límite a la intransigencia humillante del reino alauita. ¡Más vale prevenir que curar!

Sin embargo, y gracias a Dios, el Sáhara es un desierto en el que evidentemente los icebergs no tienen cabida y, tarde o temprano, acaban derritiéndose para finalmente convertirse en vapor de agua. Haga Marruecos lo que haga, el Sáhara jamás será suyo sin que sea una decisión explícita del propio pueblo saharáui. Lo más que podría conseguir sería el retorno a las armas, retorno más que deseado por la mano negra que mueve los hilos de la regia marioneta. Sin embargo, y como ya dije en otro escrito, Dios les salve de intentarlo siquiera por esa vía. Sería algo de terribles consecuencias para toda la región y ,sobre todo, para la población marroquí. Si los saharáuis son obligados a retomar una vez más la senda de las armas, no se contentarán con limitar sus batallas al muro defensivo marroquí, sino que tendrán que jugárselo todo por todo y adentrarse en el interior de Marruecos para darle donde más le duele, en sus propias ciudades y en su propio territorio. Sería terrible para todos, aunque los que menos tienen que perder serían precisamente los saharáuis. Y los grandes culpables y perdedores, eso sí, serían Marruecos, la Comunidad Internacional y los países vecinos por no limitarse estrictamente al cumplimiento del Derecho Internacional y de las Resoluciones de la ONU.

Por otra parte, me gustaría aludir a un hecho que tuvo lugar hace un par de meses y que por más vueltas que le doy sólo veo una clara y estremecedora imparcialidad por parte del Secretario General de la ONU. En su informe de febrero presentado al Consejo de Seguridad, el señor Koffi Annan nos quiere dar la impresión de que tras años de duro trabajo y abnegación por parte de los funcionarios de las Naciones Unidas, ha llegado a la conclusión de que el referéndum es infactible y la autonomía es inaceptable para los saharáuis, así que tomó la decisión de poner sobre la mesa todas las posibles soluciones y presentárselas al Consejo de Seguridad para que este órgano elija e imponga una solución. Con este hecho, parece ser que el señor Annan se lava las manos y quiere dejar clara su imparcialidad. Nada más lejos de la realidad:

1º- Koffi Annan mintió como un bellaco al confirmar la inviabilidad del referéndum, pues está más que demostrada la posibilidad y facilidad de su realización. Otra cosa es que Marruecos se niega a que la ONU lleve a cabo un referéndum transparente y justo, realidad que omitió el señor Annan.

2º- Si de verdad Koffi Annan fuera imparcial y su deseo fuese poner sobre la mesa del Consejo la distintas posibles soluciones del conflicto, habría puesto todas y cada una de las soluciones lógicas y razonables. Sin embargo, su informe se limitó a las cuatro siguientes: a) Realizar el referéndum b) Entregar el Sáhara a Marruecos (solución disfrazada de "Autonomía") c) División del territorio entre sahráuis y marroquíes y d) Retirada de la ONU y que gane el más fuerte. Reconozco que éstas son cuatro posibles soluciones del conflicto cimentadas en el sentido común:

1. Que los saharáuis elijan su futuro (referéndum)

2. Que el más fuerte coja lo que quiere (retirada de la ONU)

3. Que cada una de las partes coja la mitad de lo que quiere (partición)

4. Que Marruecos se quede con el Sáhara (autonomía)

Y claro, hasta el menos avispado se da cuenta de que falta otra posibilidad consecuencia del mismo razonamiento lógico seguido para las otras cuatro:

5. Que los saharáuis se queden con su Sáhara (retirada del invasor marroquí).

De hecho, la quinta alternativa es la más justa y razonable, y el señor Annan la omitió olímpicamente. ¡Qué despistados estamos, Koffi!

Y ahora llegará lo bueno, la decisión del C.S. de la ONU después del flirteo de Bush y Su Excelencia Chica. Cualquiera se atreve a plantarle cara. Todo el mundo está cabizbajo y mirando para otro lado, mientras los cuchillos se afilan para la próxima víctima: el pueblo saharáui.

De todas formas, no habrá mal que por bien no venga: que empiece la guerra y en menos que cante un gallo mohamed 6º sentirá en sus carnes cómo le sale el tiro por la culata ¿o, dada la situación, debería decir "cómo le sale el cañonazo por el bloque de cierre"?

León, 28 de abril


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