Cuando la otra vez les dije que los pueblos español, argelino, mauritano y maliense ¡además del saharaui, claro está! deberían aunar esfuerzos para frenarle los pies al molesto vecino del sur, parecía más bien una cuestión de palabrería y especulación sin argumentos. Sin embargo, hoy por hoy, la situación ha cambiado y ya se le ven los dientes al lobo. Día tras día, ha ido envalentonándose y como no se tomen medidas rotundas y contundentes, el lobo novato mohamed 6º atacará nuestras ovejas en nuestras propias narices sin que nadie diga ni haga algo. De hecho, está acostumbrado a salirse con la suya cada vez que mete la pata, la mano y Dios sabe qué más… con respecto a los vecinos de la región.
Esta vez le ha tocado a España; quiero decir, otra vez le ha tocado a España. Antaño fue el Sáhara y ahora lo es la pequeña isla Perejil. Antaño la invasión se hizo, en un principio, mediante civiles y ahora la invasión se hizo mediante un contingente militar. Es más, los militares que ocuparon la isla son de la Gendarmería Real, un cuerpo que goza de la confianza del rey y sirve como fuerza interior disuasoria frente al temido ejército.
Con respecto a la razón de tan descabellado proceder, el asunto está claro: tras mucho tiempo de preparación meticulosa y letargo aparente, el bicho se está despertando y quiere llevar a la práctica las oníricas tesis del Gran Marruecos. El Sáhara, cree el bellaco, ya está asegurada como territorio marroquí. Ahora hay que pasar a la segunda fase, es decir, el conflicto con España que ya empezó en realidad con la retirada absurda ¡en realidad, no tan absurda!, de su embajador; hay que recuperar Ceuta, Melilla, Isla Chafarinas y Canarias. Sí, es posible que parezca un bulo, pero les aseguro que ese es el plan estratégico de las autoridades marroquíes. Tarde o temprano culminarán la segunda fase, fase que ha empezado a evolucionar en el día de ayer 11 de julio de 2002. El tiempo nos dirá la verdad.
La otra razón que debe tener el "sobrino" del sur es la creación de un enemigo exterior fantasma que le sirva de cortina de humo y así tener entretenido a su famélico pueblo, además de apretarle las tuercas a los mandatarios españoles con el fin de hacerles "razonar" con respecto al tema del Sáhara.
De todas formas, no olvidemos que el rey chico está más que respaldado, pues además de la incondicional Francia está el roble Bush que se muere por beber del petróleo saharaui. ¡Pidámosle a Dios que se atragante!.
Sin embargo, si cambiamos de colimador nos daremos cuenta de que el lobo, en realidad, está dando golpes de ciego a diestro y siniestro y se retuerce por el dolor que le está causando el tema del Sáhara. La patada de gracia la recibió hace unos días en la conferencia de Durban de la Unión Africana donde no se le aceptó como miembro. A nivel internacional, prácticamente todos los países apoyan el único plan legítimo y viable para la solución del conflicto saharaui que es, a saber, el Plan de Arreglo. España, a la que siempre había tenido amordazada y maniatada, se está emancipando relativamente e incluso está reforzando los lazos de cooperación económica con Argelia. De hecho, parece ser que los dos países estuvieron estudiando la posibilidad de construir un gaseoducto de Orán a Almería y así evitar territorio marroquí. Si esto es verdad, podemos decir que España está empezando a desenvolverse como es debido y planificar sus asuntos desde un punto de vista estratégico, y no como nos tenía acostumbrados, mediante visiones miopes y soluciones a corto plazo. ¡Pidámosle a Dios que España siga en esta línea!.
Por lo demás, el rey chico no parará de sorprendernos con sus acciones pueriles políticamente hablando, y si no se le da un buen escarmiento a todos los niveles acabará pretendiendo lo inimaginable. Antaño fue el Sáhara, ayer fue Isla Perejil y mañana ¿que será?. Lo único que les puedo decir en alto y claro es ¡¡que viene el lobo!!.
León, 12 de julio de 2002.