La camarilla maquiavélica de los frustrados majzenistas del Reino Alauita ya no sabe a qué atenerse ni qué decir, ni qué defender ni qué argumentar, para asegurarse la fidelidad de un puñado de despistados políticos occidentales y de otros que, sin estarlo, saben muy de qué manera será recompensada tan canina fidelidad.

El reyezuelo de tres al cuarto, príncipe de los creyentes por voluntad divina, ha hecho un uso magistral de sus aparatos de propaganda a lo largo de estos primeros años de reinado. De hecho, sus pregoneros y voceros incansables que pertenecen a todo tipo de alcurnias y colores, han demostrado una abnegación y una entrega sin parangón planetario, pues hicieron creer, hasta al más escéptico, que Marruecos se había convertido de la noche a la mañana en un estado democrático que respeta los derechos fundamentales del hombre. Pero cuéntenle eso a Ali Lamrabet...... o a Tamek, por ejemplo, que está siendo hostigado por todas partes por la prensa monárquica (es decir, el 99% de la prensa marroquí) por haber osado declarar claramente y sin eufemismos su nacionalidad y sus aspiraciones políticas: el hecho de ser saharaui y luchar por un Sáhara independiente. El tabú había sido roto y la ira de los dioses no tardaría en manifestarse. El Olimpo tembló y la Erinias gritaron venganza. Dios mío, Tamek es "saharaui simpatizante con el Polisario". Esto es inaudito ¡que se vaya a Tinduf o adonde quiera! No queremos verle más por aquí, es un traidor a la patria (¿Qué patria?). Hay que darle una lección, ponerle un sambenito y una rosa del desierto ..... Todo el mundo se desmarcó de él, los sindicatos, las oenegés, etc., pues nadie quería sufrir los efectos de la ira del Zeus alauita.

Podríamos calificarlos de mentes estrechas o intolerantes, pero no es así, pues todo el mundo sabe que la clase privilegiada marroquí se caracteriza por su inteligencia y su apertura de visión. Entonces ¿por qué todos se han puesto a vociferar cuando Tamek, haciendo uso de su libertad de expresión, expresó civilizadamente su opinión y sus convicciones? La respuesta es, en realidad, sencilla y bien conocida por todo aquél que conozca Marruecos: todos esos periodistas, sindicalistas, intelectuales, políticos, tránsfugas, etc., condenaron a Tamek y sus declaraciones, ante todo, por cobardía y cinismo. Todos saben que el saharaui Tamek está en su derecho de expresar pacíficamente sus opiniones, pero no se atreven a mostrarle ninguna simpatía por temor a desatar la ira de su rey y dueño mohamed 6º. En Marruecos, todo el mundo pasa por el aro alauita y le besa la sucia mano al rey o, si no, lo tendrá que pagar muy caro. Pocos han tenido la suficiente integridad como para plantarle cara. El último ejemplo lo tenemos en el periodista Lamrabet.

El otro caballo de batalla del aparato goebbeliano majzenista ha sido el de los derechos humanos en los campamentos saharauis, pues se hizo creer a muchos crédulos que éstos eran violados sistemáticamente y que la gran mayoría de los saharauis que viven allí estaban, en realidad, "secuestrados" por los "verdugos" del Polisario. Y que a la mínima oportunidad encontrada, huirían en bandada hacia el Sáhara ocupado por Marruecos. Esto es lo que han dicho los desgraciados pregoneros marroquíes, haciendo cada dos por tres un llamamiento a las organizaciones internacionales para que "intervengan y devuelvan a los hermanos secuestrados a su tierra natal". Hasta aquí, la propaganda y el delirium tremens.

Mas la realidad les ha jugado una mala pasada: la ONU acaba de proponer las visitas entre familias saharauis de los campamentos y de las zonas ocupadas, y viceversa, como un paso más dentro de las medidas de confianza. Es decir, en teoría la ONU ha hecho algo que Marruecos anhelaba desde hacía mucho tiempo o, al menos, eso es lo que nos ha hecho creer a todos. Sin embargo, todo era un espejismo, como todo lo que pregonan los súbditos majzenistas marroquíes, pues poco después de ser propuesta la medida Marruecos la rechazó de plano. Y es lógico que no le interese, porque sería una prueba contundente de que toda su política exterior se basa en la mentira pura y dura, mientras que la interior se basa en la ley del garrote vil. Marruecos, mejor que nadie, sabe que los saharauis de los campamentos, tras visitar las ciudades ocupadas de El Aaiún o Villa Cisneros, volverían a sus campamentos; pero, por el contrario, muchos saharauis de las zonas ocupadas no volverían después de visitar los campamentos. El mediocre rey alauita está rodeado de incompetentes que se entrampan a sí mismos. Y ya se sabe, el pez muere por la boca.

Entre tanto desconcierto, el reyezuelo se está poniendo nervioso y no sabe qué hacer, aunque -¡eso sí!- no se olvida de continuar su perenne política de destrucción de todo lo que sea saharaui: alentar la corrupción en el Sáhara ocupado y esquilmar todas sus riquezas. Un dato, en 1992 había un centenar de barcos marroquíes en el litoral saharaui, actualmente hay más de 15.000. El pulpo está prácticamente extinguido, por lo que dentro de poco le tocará a otra víctima marina. Parece ser que el rencor del palacio y sus aledaños les empuja a practicar su ensañada política de tierra quemada: como yo no puedo tenerte nadie te tendrá.

Pero no hay mal que por bien no venga: al menos, ellos mismos se han convencido de que el Sáhara no es marroquí y que tendrán que abandonarlo algún día.

León, 20 de febrero de 2004