OPINION

 

SI VIS PACEM, PARA BELLUM

Luis Hernández Rocha

A lo largo de las últimas semanas, las tormentas informativas (léase desinformativas) no han cesado su despiadado, cruel y cínico hostigamiento a los ya temerosos e incrédulos lectores españoles. Los desinformadores, verdaderos mercenarios de la información, no han cejado en su empeño de inyectarnos descaradamente sus venenos textuales traídos de más allá del Estrecho…. de más allá de los Pirineos… de allende los mares.

Sus mensajes, criaturas textuales que a primera vista nos inspiran confianza y simpatía, son en realidad verdaderas bombas de relojería cronometradas por la omnipresente mano negra que, desde el norte, todo lo controla en el vecino país del sur. Y en el nuestro, claro está, también está introduciendo sus maquiavélicos tentáculos, tentáculos cuya gran virtud es colmar de riquezas a todo aquel que se deje auscultar sin rechistar y diga al público lo que le manden. Está de más decir que todo viene bien empaquetado, etiquetado y adornado con la notación "Opinión de fulanito de tal" (y yo añadiría "…el sin vergüenza"). La triste realidad es que la pretendida "opinión" no es más que una de las archiconocidas transacciones comerciales donde una de las partes inyecta dinero cantante y sonante, y la otra canta y suena como se le manda.

En general, dichas criaturas textuales son en el fondo clones de un mismo monstruo semiótico programados para difundir, cada uno a su manera, el miedo y el terror en la sociedad española. De esta manera, cada clon textual independientemente del color de su padre adoptivo, se las arregla en su evolución argumentativa para crear por generación espontánea el jinete apocalíptico de la guerra. Sí, la odiada y temible guerra que todo lo destruye y aniquila. Es razonable, entonces, que quien se tope en sus lecturas rápidas de cada día con alguno de estos clones se sienta amenazado de alguna manera. Es razonable, entonces, que todo ser humano en sus cabales desee apasionadamente vivir en paz y tranquilidad, y rechace todo aquello que pueda generar lo contrario. Sin embargo, también es razonable que cualquier lector capaz de reconocer las cinco vocales se dé cuenta, tras una lectura más o menos equilibrada, de la falsedad e hipocresía que alimentan los desafortunados clones.

Una de estas criaturas la parió con toda soltura el "señor" Solé Tura, y como texto, la única renumeración a la que podría aspirar sería uno de esos viajes que regala Soltour. No voy a entrar en las entrañas del engendro semiótico puesto que ya le han dado su merecido ilustres tan aguerridos como Fernando Guijarro. Sólo tocaré "sin ambages" algunas líneas toscamente camufladas en la aberrante textura.

Hablando de su batallita, seguramente contada y recontada a rabiar, materializada en su visita a los Campamentos Saharauis, el señor Sol Tur nos dice: "… visité otros campamentos en territorio del Sáhara Occidental dominado por el Frente Polisario". Subrayo la palabra porque es donde yace la esencia de la intención del autor: territorio dominado, en la mente de cualquier lector medio, lleva implícita toda una cadena de connotaciones que comparten un implicatura, y que es, evidentemente, "la posesión ilegítima mediante la fuerza". Eso es lo que se dice una palabra envenedada.

En otro rincón de su tugurio textual, el señor Sol Tura se convierte en estratega militar y augura, durante ese viaje suyo a los Campamentos, la imposible victoria de los saharauis "no sólo por sus problemas logísticos y por la dureza del espacio en que se movían". No podía ser tan torpe: exactamente tuvo que negar los dos ámbitos en los que los saharauis eran y son los más afortunados. Ese espacio duro es "su" espacio, lo llevan diluido en los genes. Sobre el aspecto logístico, prefiero no gastar tinta: con la décima parte de lo que necesita el ejército marroquí en un día de batalla los saharauis hacen diez batallas.

En otras líneas, refiriéndose a un posible acuerdo entre el Sáhara y Marruecos, dice "que mientras haya una confrontación […] en la que intervenga España este acuerdo no se producirá". ¡Habráse visto la desfachatez de la fórmula!. No tuvo la ocurrencia de decir "…en la que intervenga otro país…", tenía que ser España. Como ustedes habrán entendido, de las palabras del señor Sol Tura se desprende que "únicamente si España interviene, el acuerdo no se producirá". Cualquier otro país puede intervenir. Esto sí que es algo rarísimo. Aunque si solapamos al autor cortina de humo y retrocedemos al autor real, descubriremos que el contenido encaja con la intención y la finalidad: quitar de en medio a España a cualquier precio, aun cuando se tenga que garabatear absurdos y anfibologías.

Garabatos más abajo, en el ruin discurso ecolálico, el Sena d'or nos dispara a boca jarro, refiriéndose a que si el Frente Polisario estaba "…dispuesto a sobrevivir mediante la guerra de guerrillas". El subrayado es otro dardo envenenado más que conlleva implícito: "… escasez de efectivos y de armamento pesado, limitándose las acciones a pequeñas escaramuzas…". Seré claro: la guerra de guerrillas acabó en el Sáhara en el año 1981 con la batalla de Guelta del 12 de octubre. Luego empezó una etapa transitoria de unos tres años durante la cual la táctica general saharaui culminó su evolución y se consolidó como principalmente ofensiva, con un enorme potencial de fuego gracias a la concentración de blindados, y una rapidez vertiginosa a la hora de asaltar las líneas enemigas marroquíes. Esta táctica, una especie de Blitzkrieg saharaui, se empezó a poner en práctica desde mediados de 1985 dentro de la estrategia global de la Guerra de Desgaste, cuyo fruto inmediato fue la pseudorendición de Hassán II cuatro años más tarde, rendición materializada en su aceptación de la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara. En definitiva, la guerra de guerrillas es una etapa bélica saharaui que pasó a la historia hace décadas y no podemos calificar las grandes batallas de los años ochenta como tal, como guerra de guerrillas, a menos que el señor Sol Tura considere la guerra relámpago alemana como una guerra de guerrillas. Le aconsejo echarle un vistazo a su correligionario Jenofonte.

Para acabar su caos textual, el autor cortina de humo, haciendo gala de sus conocimientos político históricos vuelve a descubrir el Mediterráneo con el "ejemplo de Irlanda del Norte, difícil todavía, pero creador de acuerdos que, uno tras otro, van consolidando la paz…". ¡Dios mío, qué torpeza! ¡Habráse visto cerebro tan tórpido! El señor Sena d'or invita a seguir el ejemplo de Irlanda del Norte y oculta que precisamente esta región está como está hoy en día porque a principios de siglo el Imperio Británico no aceptó darle la independencia a toda Irlanda, quedándose con la zona norte. Y esto es exactamente lo que pretende hacer Marruecos con el Sáhara en el caso de perder toda esperanza de quedarse con todo el territorio, independientemente de las opiniones contrarias al posible reparto proferidas hace meses por políticos e intelectuales marroquíes. No son más que cortinas de humo.

Como habrán notado, todo el material textual del escrito anémico arriba mencionado, tiene como principal objetivo engañar al lector español mediante fuertes dosis de datos bastardeados de tal manera que le hagan pensar en el tema del Sáhara como una causa perdida y que lo más inteligente sería dejarlo de lado y no inmiscuirse, independientemente de la justicia, la razón y la honestidad con uno mismo. Bravo, Sol Tura, su viaje textual de manipulación es único en su género. Ha ganado usted un viaje con Soltour.

La otra estrategia textual aplicada por otros tantos autores cortina de humo como el Sena d'or, es la cita metálica y fría de cifras y nombres técnicos del ámbito castrense. En uno de estos clones eméticos, el pseudoautor nos ataca con el beligerante título "Un numeroso ejército", refiriéndose, claro, al marroquí. "Cuenta con 175.000 hombres frente a los 71.000 del Ejército español". Responderé escuetamente: esos 175.000 hombres no lograron derrotar al minúsculo ejército saharaui que, en su día, no sobrepasaba los 15.000 efectivos. Es más, estos 175.000 hombres no podrían dejar el Sáhara para ir a luchar contra España, y en una hipotética guerra Marruecos estaría obligado a reclutar un nuevo ejército de bisoños inexpertos para combatir el ejército profesional español. No hay necesidad de opinar sobre cuál sería el resultado de esta guerra. Luego añade "Rabat dispone de 320 carros de combate M-60 comprados a EE.UU. […] 50 vehículos T-52 recién adquiridos a Bielorrusia". Prefiero no entrar en detalles técnico tácticos haciendo un cuadro sinóptico de los M-60 americanos y los Leopard alemanes que tiene España, y de las piezas de artillería que poseen Marruecos y España, pues en general hay pocas diferencias destacables. Lo que sí quiero recalcar es que el material en sí no es importante si no hay personal cualificado que lo manipule como es debido y le saque el máximo rendimiento, y con esto vuelvo al punto anterior: los novatos del hipotético ejército marroquí reclutado no sabrían sacarle rendimiento al nuevo material hasta al menos un año después de empezada la guerra, tiempo más que suficiente para que el Ejército Profesional Español haya puesto las cosas en su sitio. Este autor cita "50 vehículos T-52 recién adquiridos a Bielorrusia" y lo único que puedo decirle es que no he podido dar con dicha denominación, sin embargo, sí he sabido de tanques T-72 vendidos por Bielorrusia a Marruecos.

En las líneas siguientes, pretendiendo meterle más miedo al lector español y hablando de los épicos cañones marroquíes, nos dice que "tendrían a tiro algunos centros neurálgicos, como la base de Rota". Ha sido rota su credibilidad, pues precisamente Rota jamás sería atacada por los marroquíes porque, como todos sabrán, el vecino del sur no dará un paso bélico contra España sin que el Tío Sam le dé luz verde e información operacional, información que en gran parte le sería suministrada precisamente desde Rota.

Otro clon textual que me llamó la atención es el escrito por un reconocido autor Premio Novel en el tema del Sáhara. En realidad, debería haberse limitado a lo suyo, que lo hace como nadie pues he leído unas cuantas obras suyas. Mario Vargas Llosa, lo único que le puedo decir es que esconda usted su texto contra natura bajo una losa en alguna llosa perdida de su propiedad, pues este acto suyo ha sido de una basteza imperdonable en alguien tan distinguido como usted. Umberto Eco le habría incluido en la lista de los intelectuales que "son peores que los intelectuales orgánicos: son intelectuales del régimen"(marroquí, para el colmo). Creo que ya le han dado el toque oportuno los señores Ahmed Bujari y César Alonso de los Ríos, así que tengo poco que añadir al puchero:
por una parte, el hecho de ser "pigmeo" o no, es algo muy relativo, así los pueblos español y peruano bien podrían ser calificados de "pigmeos" con relación al pueblo chino, por ejemplo. Además, debería saber que "pigmeo" procede del étimo griego "pygmaios", que significa "puño" y todas sus connotaciones simbólicas; y la primera acepción del término se refiere al mítico pueblo de baja estatura conocido por ser belicoso y por sus hábiles flecheros.

Por la otra, la cuestión del Sáhara, desde el punto de vista jurídico e histórico y en todos los foros objetivos y honestos, está clara y no admite otras interpretaciones que las ya realizadas por la Asamblea General de la ONU a lo largo de las cuatro últimas décadas. Es decir, en ningún caso cabría usar la expresión "averígüelo Vargas", otra cosa es que esta vez, desafortunado de usted, su musa haya sido la capciosidad. Está claro que la política y sus aledaños no es lo suyo, ya lo demostró vigorosamente en su frustrada aventura de 1990.

Más allá del Estrecho, tenemos también a muchos textos envenenados que apuntan a Occidente y de manera especial a España. He ojeado frases como "uno de cada cinco marroquíes vive en la pobreza (informe recogido por la agencia MAP)"; "el integrismo violento se deja sentir en Marruecos: cien muertos sólo en dos años"; "la situación que vive Marruecos es grave y preocupante". Sin embargo, el discurso oficial marroquí lo representan frases como "Marruecos no será nunca Argelia" y "la situación está bajo control", sentencias que encierran toda una panoplia de suposiciones e ideas escalonadas que tocan lo más sensible del lector occidental. Por un lado, crean alarma antiintegrista y, por otro, hacen como que nos tranquilizan, que "todo está bajo control". El rudimento retórico está en cueros: el lector inconscientemente piensa en la terrible situación que está viviendo Argelia y, mentalmente, la repele más allá de las fronteras marroquíes; después, automáticamente, toma por falsa "todo está bajo control", pues como estarán de acuerdo conmigo, hemos oído esta frase la mayoría de las veces en situaciones en las que "todo estaba fuera de control". Quizás la culpa la tenga Hollywood. En pocas palabras, el integrismo en Marruecos es como siempre ha sido, sólo que actualmente al reino le interesa inflar el asunto para ganarse el apoyo de Occidente.

Bueno, espero que después de todo lo arriba mencionado a nadie se le ocurra mencionar la Teoría del Caos, pues es obvio que todo está orquestado de manera milimétrica. Todo está estudiado y preparado. Todo obedece a un plan de ataque global dirigido al pueblo español, plan cuyo objetivo inmediato es que España se "raje" en el asunto del Sáhara, mientras que el objetivo estratégico es la ocupación de Ceuta y Melilla a corto plazo y las Islas Canarias a largo plazo. Sí, todo obedece a un plan de ataque, todo obedece a un plan esencialmente creado por cerebros militares. Las huellas de Sun Tzu y Clausewitz se huelen a años luz. Me aclararé con dos citas de Sun Tzu. Cinco siglos antes de Cristo, el estratega y teórico militar chino, dijo: "Cuando un hábil general opta por la ofensiva, el enemigo ya está vencido". Exactamente lo que está haciendo el general del sur. "Es necesario que a la primera señal, una parte del ejército enemigo se pase a sus filas […]. El gran secreto de esto radica en el arte de sembrar intencionadamente la división". Y esto es lo que está empezando a pasar hoy en día.

Sin embargo, no hay que alarmarse. El plan de choque marroquí está condenado al fracaso en todos los sentidos, pues los agentes que lo están llevando a la práctica están al descubierto. Como muy bien dijo Sun Tzu, "vuestras virtudes y vuestros vicios, vuestras cualidades y vuestros defectos se intuyen bajo lo que aparentáis".

Con respecto a la postura oficial de España, no creo que vuelva a cometer las torpezas del pasado. Nadie ni la historia se lo perdonaría. Estamos en una lucha y tenemos el deber de salir gloriosos. "Con dos mil años de ejemplos a nuestras espaldas", decía Thomas E. Lawrence (de Arabia), "no tenemos disculpa, cuando combatimos, si combatimos mal". España debe plantarle cara a Marruecos en todos los aspectos y hacerle comprender que "todo el monte es de perejil". España debe escuchar a La Fontaine y tener en cuenta que "la paz en sí es muy buena, estoy de acuerdo, pero ¿de qué sirve con enemigos sin palabra?". España debe saber que si no hubiera más remedio que hacer la guerra, este sería el mejor momento porque los marroquíes no podían estar en peor situación. Si su rey chico fuera el general Leboeuf, habría dicho: "Si la guerra tuviera que durar un año, no tendríamos ni para comprar un botón de polaina". En fin, España debe saber, como ya lo enseñó Moltke, que "sólo la victoria rompe la voluntad del adversario y lo obliga a someterse", sobre todo cuando el adversario es alguien de la calaña de mohamed 6º.

Lo mismo, dentro de poco, vemos al rey Juan Carlos haciendo como su abuelo Alfonso XIII cuando el 7 de enero de 1911 desembarcó en Melilla a fin de homenajear al Ejército. Qué más les puedo decir, simplemente les vuelvo a repetir lo primero que he dicho. Si vis pacem, para bellum. Si quieres la paz, prepara la guerra.

León, 22 de agosto de 2002.


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