"IA BENI ASSAHRA, IA BENI ASSAHRA"
Mohamed Ali
Y es que andar deambulando ora al son de 'Timbarma zeina' ora al de 'Calle Melancolía' no es sano. Se ha dicho siempre que "uno ha de decidir alguna vez la dirección de su paso por aquí". Se ha dicho, se sigue diciendo todavía... La cosa, digo, la Causa es que nosotros hablamos (hablar, hablamos mucho y muy bien), pero decir, lo que se llama 'decir', hemos dicho y decimos poco o nada. Hoy, lamentablemente, se habla mucho, se dice poco, y se hace menos que eso aún. Nuestro mismo concurso aquí por estas jaimas cibernéticas, y mediante estas e-tertulias, constituye una prueba evidente de lo que estoy afirmando.
No obstante, se aprecia que el sentido de nuestro sentimiento como saharauis está bien trazado: parte desde la Paz y va hasta la República. Un principio y un fin bien definidos, pero poco manufacturados... Es verdad. Después de treinta años, yo estoy seguro de que si nos dan a elegir entre todas las direcciones, entre todas las condiciones y entre todas las aventuras, nosotros volvemos a escoger la ruta saharauía. Esa fruta verde nos gusta. Y esto es lo que nos va.
El huerto que hemos hecho crecer en treinta y pico años de sueño nos reclama más cuidado y mejor atención. Nos pide alimento, tal vez. O quizá, que le encendamos la luz. O que lo podemos... Pudimos... Siempre podremos hallar la manera de saharauizar más y mejor. O, dicho en román paladino: lo hemos dado ya todo o casi todo, hemos agotado nuestros argumentos, pero no hemos logrado nada todavía. El Sáhara sigue enfremo de beriberi, queridos leyentes, y necesita nuevos tratamientos, otros aires y el mismo psicótropo para combatir esta ya larga marroquemia.
Nos acostumbraron a guardar silencio, pero ni en treinta años se aprende a simplificar las ganas de estar sanos y de estar libres de males ajenos: queremos un "ismo" saharaui, con sus males y con sus bienes, con idea y con materia, con sus corrientes alternas, con su código de honor, con su 'estímulo-respuesta'... un saharauismo de derecho moderno, con conciencia fosfatada y parco en mauritanidad.
¿Qué es más difícil, construir el Sáhara o destruir Marruecos? En un camino hay que hacer, y en el otro también. La acción es perentoria, por tanto. Hay que ausentarse menos, y repasar el mapa de las cosas. Quizá haya que emigrar una vez más, dejarlo todo, volver de nuevo,... y hacer. Hacer algo.
06.07.06