OPINION

 

ANALISIS DE UN SAHARA INDEPENDIENTE

GUERRAS DE rapiña Y GUERRAS NECESARIAS:
LA LUCHA DEL PUEBLO SAHARAUI A LA LUZ DEL PENSAMIENTO DE JOSÉ MARTÍ

 

GRUPO INTERUNIVERSITARIO DE OPINION:
Manuel De Paz Sanchez, U.L.L
Carlos Ruiz de Miguel, U.S.C.
Sergio Ramirez Galindo, U.L.P.G.C
Ricardo Aguasca Colomo, U.L.P.G.C

Pensemos en José Martí, el héroe nacional cubano, cuya herencia cultural nos pertenece a todos los pueblos de habla hispana. Su lucha por la independencia nacional de Cuba estuvo justificada en el derecho de los pueblos a conquistar, a través de la lucha armada, su libertad y su progreso, pero, al mismo tiempo, Martí fue también un extraordinario defensor de la paz y del fraternal entendimiento entre los pueblos. "Para la paz queremos la guerra", escribió, y mientras se dolía de la guerra inevitable, en la que a poco de empezar se inmoló en señal de sacrificio supremo de cara a sus compatriotas, concibió también la vida pacífica de los cubanos como el resultado natural de la guerra necesaria que estallaría en 1895.

Han pasado más de cien años y, sin embargo, la guerra de liberación nacional de los cubanos se nos antoja más reciente que nunca si la analizamos a la luz del pensamiento de José Martí y aplicamos su ejemplo a la causa del pueblo saharaui.

En efecto, entre las razones que justificaban, según Martí, lo que él mismo definió como la "guerra necesaria", es decir, la lucha histórica de liberación nacional de Cuba, estaban las siguientes:

- La opresión de un régimen colonial. En el caso de Cuba, el que representaba la oligarquía dominante en la España de la Restauración, en una fase decadente de la Monarquía española. Se trataba de un régimen que cerraba las posibilidades de desarrollo del pueblo cubano, que no había tenido en cuenta las libertades demandadas en la guerra anterior (guerra de los Diez Años y Guerra Chiquita), y que evitaba la transformación progresiva de la sociedad, en el disfrute de su plena soberanía política y económica. Le bastará al lector con sustituir la palabra España por Marruecos.

- Necesidad de conquistar la independencia y la soberanía nacional para, entre otras razones, evitar la anexión de Cuba a Estados Unidos. Evidentemente, en este caso, basta con sustituir EE.UU. por Marruecos.

- Evitar que una potencia como Estados Unidos se extendiese por el subcontinente y amenazase la estabilidad de la región, mediante la implantación de un sistema imperialista en el hemisferio. ¿Qué pretende la monarquía marroquí en el Magreb?

José Martí, en consecuencia, justificó la lucha armada contra el colonialismo y la dependencia brutal, pero, al mismo tiempo, expresó su crítica contra las guerras "injustas", innecesarias o evitables, a las que calificó como "guerras de avaros" y "criminales". Es en este sentido como se han manifestado la mayoría de los Gobiernos de la Comunidad Europea, la mayoría de los países que conforman el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la mayor parte de la población mundial sensibilizada, muestra de un verdadero fenómeno social de escala Global y de madurez democrática.

Martí también admiró a aquellos pensadores e intelectuales de su tiempo que defendían la paz universal, pero ello no le impidió ver que el auténtico futuro de su pueblo pasaba por la independencia y la soberanía nacional y que, para ello, había que recurrir al esfuerzo supremo de las armas, para conquistar un futuro en paz y libertad. Una paz y una libertad de la que siguen careciendo muchos pueblos en la Tierra y que, por ello, deben desenterrar el hacha de la guerra, aunque únicamente sea para que no se les olvide entre las dunas del desierto y se comprenda que su causa, como la causa de Cuba hace más de cien años, es la eterna causa de David contra Goliat, del débil contra la opresión del poderoso inhumano y cruel. La guerra necesaria.

Vemos en lo expuesto anteriormente el gran paralelismo que se produce en situaciones similares, aunque separadas en el tiempo. Es por ello que, en este periodo histórico tan peligroso, se debe actuar con una gran dosis de responsabilidad y sentido histórico.

En este contexto, entendemos y justificamos la más que probable vuelta a las armas del pueblo saharaui contra su invasor, el expansionista rey Mohamed-seis, sobre todo por el intento de ningunear y desactivar las reivindicaciones históricas de este pueblo, sirviéndose para ello de antiguos secretarios de las Naciones Unidas (Butros Gali, Pérez de Cuéllar), todos ellos recompensados por la corona alauita una vez abandonadas sus responsabilidades. Y ahora a través de James Baker.

Este personaje se granjeó toda la confianza del pueblo saharaui, ya que consiguió que ambas partes se comprometieran en los acuerdos de Houston, pero, y después de los mismos, ¿qué seriedad se le puede atribuir al Sr. Baker?. Sus gestiones posteriores han estado encaminadas a conseguir, a cualquier precio, que el mismo pueblo saharaui ceda y firme algo que se aleja totalmente del espíritu inicial de los acuerdos de Houston (un Referéndum transparente y justo sigue siendo la base fundamental de la solución del conflicto saharaui), por lo que consideramos que este mediador es realmente, cuanto menos, parcial e improductivo y no debe seguir como tal.

El próximo día 27 de Febrero se conmemora la proclamación de la RASD; ya son 27 años fuera de su legítimo país. ¡ Qué más se le puede pedir a este pueblo que aguanta valientemente en las zonas ocupadas, y que resiste al abandono en los campos de refugiados de Tinduf !. Sólo el mismo pueblo saharaui, con el apoyo de la legalidad internacional, conseguirá su liberación nacional, incluso sin el apoyo (ni "neutralidades activas") de su ex-ocupante, pero si con la comprensión de esa gran parte de la población sensibilizada,y de la canaria en particular.

Así mismo es una gran responsabilidad la que asume el pueblo saharaui al optar por la lucha armada, para la cual, en palabras de Martí y de la propia Carta Fundacional de las Naciones Unidas, está suficiente y necesariamente legitimado.

Canarias, 21 de Febrero de 2003


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