"España es la tierra de la emoción y la tensión, y nadie puede pasar por ella, ni habitarla, permaneciendo neutral"...Era el poeta Nizar Kaban... también "de la Libanesa saqué la maestría de los fenicios en cambiar de navíos y de puertos".

Justo es lo que queríamos resaltar desde Poemario por un Sahara Libre,  no ser neutrales al hablar de la magnífica labor de quien fue delegado Saharaui para la Comunidad de Madrid, Ahmed Mulay Ali, más bien  conocido entre los Saharauis del exilio como Bazoka.

Un diplomático a su estilo y digno representante de su sociedad, sencillo, amable, "vacío de arrogancia", comunicativo, dialogante, sincero y un tesoro de anécdotas cuando transmite a los otros el dolor de su pueblo.

Aprendió de la maestría del desierto, saber  buscar, llegar y ganar el corazón del movimiento sociocultural español, convirtiendo la causa Saharaui en un reto frente a los tambaleantes políticos de ciclo.

Supo hacer llegar el mensaje de los saharauis a las universidades, institutos, movimiento antiglobalización, periodistas, cineastas, cantantes, escritores, políticos de base y logró alimentar en versos las mágicas noches de los cafés de Madrid con poetas amigos. Y lo hizo todo de otra forma y lejos del panfleto político, hizo mediática y simpática su actividad sensibilizadora.

Siempre tuvo reservado ese hueco en su agenda para cualquier llamada de la prensa o un amigo de la causa, su propósito fue alcanzar a los medios de comunicación, "son los que te acercan cada vez más al corazón del arco político y social y con esto tú mismo generas noticias para la información".  Esa causa, romper el bloqueo informativo contra el Sahara es por la que tanto ha luchado.

Ha sido muy pragmático en su trabajo y muy detallista en su conocimiento del entorno social, optando por el estilo de tú a tú, un café y una charla de diez, veinte minutos, una hora, con una personalidad del mundo de la intelectualidad han sido su estrategia. Así puso los cimientos para que tuviera lugar el Primer Festival Internacional de Cine del Sahara, consiguió que tuviera lugar la visita a los Campamentos de la Plataforma de Mujeres Artistas y la continuidad en su compromiso de estas mujeres y hombres de la cultura con los saharauis. Ahmed también ha representado un papel importante en lograr que el manifiesto dirigido a Zapatero fuera firmado por más de 200 intelectuales saharauis y españoles. Su ayuda, apoyo y consejo han sido determinantes para nosotros en estos tres años en Madrid.

Para nosotros siempre quedarán sus colaboraciones con el Poemario por un Sahara Libre. El especial de poesía saharaui, la dimisión de Baker o aquel programa de dos horas en la Navidad de 2001, casi recién aterrizado en Madrid, esta presencia ha sido para nosotros el mejor testimonio de su magnífico trabajo de representante Saharaui que en nuestras programaciones orientó y alentó el espíritu de continuidad en la lucha de los ciudadanos que resisten bajo la ocupación marroquí a través del 105.9 FM (Radio Guiniguada).

Hablamos en pasado, Madrid, pero estas mismas frases, en futuro, serán sin duda las que definan su trabajo en su nuevo destino. Junto con alguna sorpresa que, como hombre de imaginación que es, sin duda tendrá reservada.

Le queda pendiente una cosa. Acabar el libro sobre su vida que es el libro sobre la lucha de su pueblo, sobre cómo crear vida, dignidad, compromiso, de la más absoluta de las nadas, del exilio, del exterminio, de la hammada. Ahmed Bazoka sabe mucho de esto.

Ahmed Mulay Ali ha sido designado embajador Saharaui en los Estados Unidos de Méjico. Nos separarán miles de kilómetros pero el corazón saharaui logrará que sigamos estando todos muy cerca.

¡Hasta luego amigo!

Poemario por un Sahara Libre

Madrid, agosto 2004