El derecho a criticar es una genuina concreción del derecho a la libertad de expresión. Y ésta constituye, desde luego, el aire mínimo indispensable para respirar. Ahí donde no se puede criticar la gestión del poder persiste, indudablemente, una pétrea dictadura.

Este interés individual,o de grupo si se quiere, debe contar con toda la protección legal posible. Pero también hay otros derechos e intereses a los que debe dispensarse idéntica protección legal. En este caso, la crítica choca contra el interés general de los saharauis, en la medida en que atenta contra el Orden Político establecido y que, si bien con menos entusiasmo que antes, sigue contando con el respaldo mayoritario de los saharauis. Por tanto, al haber una colisión entre dos intereses, la ponderación entre ambos de efectuarse con extraordinarios equilibrios de razonamientos.

Primero veamos el equilibrio y luego los razonamientos. El término equilibrio remite directamente a la idea de estabilidad. Y ésta tiene por sede natural la coyuntura nacional e internacional. Sólo la existencia de una sólida base -la idea de estabilidad- permite albergar esperanzas sobre el equilibrio con que debe dirimirse la colisión entre dos intereses. No creo que sea necesario, por lo demás, realizar grandes elucubraciones mentales para concluir que la coyuntura nacional no brinda el soporte equilibrado suficiente para sojuzgar, en igualdad de condiciones, dos intereses contrapuestos. Una situación cuasibélica que se parece más a los estados de sitio y de excepción que a las situaciones de normalidad dificilmente pueda convertirse en un cómodo colchon que amortigüe la caída de dos cuerpos en colisión. Por su parte, la coyuntura internacional, caracterizada por la inestabilidad mundial, tampoco es un trípode que pueda garantizar el equilibrio de la balanza.

En cuanto a los razonamientos, este Llamamiento constituye un Acto Político, por cuanto es una declaración pública y colectiva, realizada extramuros y dirigida a alterar un Orden Político determinado. Hagamos una concesión a los cenáculos pseudointelectuales, donde debe abundar la demagogia y la incontinencia verbal, y digamos que el muelle que les empuja a semejante Acto Político es, sin duda, su excesivo celo nacionalista. Pero la política, a diferencia de la justicia, se rige por el principio de oportunidad. Y no parece que este Manifiesto, por su forma, momento y lugar, soporte el más mínimo análisis racional desde el prisma del principio de oportunidad. A no ser que sueñen con granjearse, desde la comodidad de los teclados, la simpatía de quienes, latitudes más abajo, siguen durmiendo con su Kalashnikof.

Todo este poco elaborado discurso parece resultar de la disyuntiva entre Reforma o Ruptura. Han optado por la ruptura y no parece que el éxito sea su norte. Igual habrían tenido mejor fortuna, en términos dialécticos, si hubieran cambiado la disyuntiva por la copulativa optando por la reforma y la ruptura. La reforma, desde dentro, del Sistema Político y la ruptura con los modos endogámicos de hacer política.

Ciertamente, jamás una clase gobernante confesará su fracaso y abandonará gentilmente el Poder. Y en ausencia de fuerzas se impone la necesidad de estar dentro, aguantar el tipo y dar la cara para consolidar la democracia del Estado saharaui, fortalecer sus instituciones republicanas, robustecer su alma justa y progresista, promover la libertad, la educación y la cultura, y no descarrilar de la senda trazada por nuestro héroe El Uali. Pero, desgraciadamente, el maridaje de estos pseudointelectuales con elementos desgajados del poder, resta honestidad en el sentido de Gramsci a su discurso y revela que su intención última es participar en el reparto de la escasez.

Finalmente, por su lugar de publicación, este Llamamiento supone un auténtico ataque destinado a destruir la web arso, consagrada ya como el buque insignia de la Causa Justa Saharaui. Y los responsables de esta web, a poco que les guste la muy castiza fiesta taurina, deberán lidiar con los, faltos de empaque, autores del Llamamiento para mantenerlos en el ruedo. De lo contrario tendrán, los responsables de arso, que pechar con las banderíllas y estocados de los comentaristas.

10.07.04

para contactar con el autor: mhs1884@yahoo.es