Hace unos años la web arso.org aparecía en un lugar destacado en el ránking de páginas web más visitadas. El asunto del Sáhara Occidental no abundaba en los mass media convencionales y la profesionalidad y know how de los promotores de arso.org atrajeron a los navegantes desde los más remotos mares del planeta.

Indudablemente, la razón que explica la masiva afluencia de público a dicha web radica en que el deseo de justicia está en la base de todo conocimiento. Desde la noche de los tiempos, el hombre ha colocado el valor Justicia en el reverso de la Estrella Polar. Y hasta hoy la sigue buscando o, al menos, en su subconsciente se cree guiado por dicho astro. Esta es, sin duda, la razón del éxito de esta web unida, ya digo, al buen hacer y profesionalidad de sus promotores: divulgar el conocimiento de una Causa Justa.

Pero la sponsorización de este llamamiento por parte de arso.org, lejos de fortalecer su buena reputación y popularidad la condena, ¡y ojalá me equivoque! a un largo periodo de sequía en una perfecta simetría con el daño que uno de los miembros del título, extraño matrimonio cibernético éste, le hace al otro.

Servir de escenario para una farsa teatral, si está en el firmamento, debe estarlo en las antípodas de la Estrella Polar porque la inidentificación de los autores del llamamiento resta seriedad a la osada apuesta de arso.org. Y aun suponiendo nobles las motivaciones de arso.org no lo son las de los autores porque la emulación de las artes avestrucencas no procede, precisamente, ni de la nobleza ni de la valentía.

Sin duda, la sequía como fenómeno natural arrasa todo cuanto encuentra a su paso y poco puede hacer el hombre para evitarlo. Pero no es el caso, porque las heladas cumbres alpinas están demasiado lejos de tales fenómenos naturales, más bien se tienen que preocupar de los fenómenos humanos que hacen igual o peor daño a la web y a su popularidad.

04.09.04

Para contactar con el autor: mhs1884@yahoo.es