Acerca del debate suscitado, en torno a la oportunidad o no del llamamiento anónimo, reitero una vez mas (lo hice en una intervención anterior: 21/07/04 "La mayoría de edad de un pueblo"): Es mucho mas lo que podemos perder que aquello que prevenidamente queremos salvar.

Pretender mirar a otro lado, e ignorar los errores y la manifiesta inoperancia de nuestra dirección , con la vana esperanza, de que una vez conseguida la independencia se rectificaran y subsanaran como por arte de magia, seria mentirnos a nosotros mismos o lo que es peor aun: asumir que nuestra existencia actual carece de valor y esta supeditada a la recuperación total del Territorio Nacional .

La eterna cuartada siempre esgrimida: Estamos en estado de guerra, no es el momento, dejemos las cosas como están, mantengamos el estatus quo.

Toda iniciativa de mejora, que no provenga de "la omnisciente, leal y revolucionaria dirección" puede ser utilizada por el enemigo. Cualquier reivindicación de transparencia o de mayor democratización debe posponerse para la ansiada independencia. Semejantes argumentos, son los que le hacen verdaderamente el juego al enemigo, porque conducen a la desmotivación y al desanimo, facilitando la perpetuidad de una dirección caduca . Es pretender que todo un pueblo "Inverne neuronalmente" para despertar un día en "el paraíso de la independencia" donde todo será perfecto. Desgraciadamente, argumentos tan pueriles y falaces, a fuerza de repetirlos machaconamente, calaron en el inconsciente de alguna gente, generando en ellos, una obediencia ciega y un rechazo visceral, a cualquier idea o iniciativa que no lleve la rubrica del poder, sin siquiera reparar en su contenido; por eso detestan tanto el anonimato, aun cuando este justificado, por razones obvias, como es el caso del llamamiento de los camaradas anónimos.

Situemos el debate en sus justos términos: Lo que se cuestiona no son los objetivos sino los medios para alcanzarlos, por lo que seria deseable que los camaradas, autores del llamamiento, nos especificaran ya, de una vez por todas, sus alternativas a la actual situación, para saber ha que atenernos. Personalmente, me importan poco o nada sus nombres, siempre que sean sahrauis honestos, y sus intenciones sean, las que dicen ser. La verdad será siempre la verdad independientemente de quien la diga.

Uld Taleb Ahmed
25.08.04